La demencia, que afecta a más de 55 millones de personas alrededor del mundo, es mucho más que solo olvidarse de las cosas.
Los síntomas de la demencia, como la pérdida de memoria, un cambio en el comportamiento o incluso la pérdida de la capacidad de mantenerse alerta durante una conversación, entre otros, se vuelven más notorios con el tiempo.
La demencia no discrimina a quien afecta, pero las mujeres son más propensas a ser diagnosticadas. De acuerdo con la Iniciativa de investigación del Alzheimer, el riesgo estimado para toda la vida de una mujer de desarrollar Alzheimer a la edad de 45 años es 1 en 5 aproximadamente en comparación con 1 en 10 para los hombres. Hay algunas ideas de por qué ocurre esto:
- Se sabe que las mujeres viven más que los hombres y, como la demencia suele atacar a las personas de mayor edad con más frecuencia, es más probable que la demencia afecte a las mujeres.
- También se considera que las mujeres, quienes representan dos tercios de las personas con demencia, tienen más riesgo de recibir el diagnóstico debido a factores de estilo de vida, factores genéticos, y la falta de investigación sobre las mujeres.
- Se cree que la hormona estrógeno protege a las mujeres de una mala salud cerebral y los efectos de la pérdida de memoria, como el Alzheimer. A medida que las mujeres envejecen, sus niveles de estrógeno disminuyen, por lo que la protección que proporciona el estrógeno también disminuye, lo que las vuelve más vulnerables a la demencia.
- Aunque el gen ApoE4 se puede encontrar entre todos los géneros, dos tercios de las personas con Alzheimer lo tienen. Todavía se está investigando para descubrir más sobre esta relación.
Las mujeres pueden reducir sus probabilidades de ser diagnosticadas implementando hábitos nuevos en sus vidas diarias que fomenten un estilo de vida más saludable y más activo. En primer lugar, hacer un hueco en su rutina diaria para una caminata de 30 minutos, mover el cuerpo y simplemente ser activa puede ayudar a estimular el cerebro y mejorar la salud mental. En segundo lugar, mantener una dieta saludable y equilibrada, dejar de fumar, limitar el consumo de alcohol y mantener una presión arterial baja previene la obesidad, la cardiopatía y la apoplejía y puede asociarse con la disminución del riesgo de demencia. Los estudios han demostrado que la “”dieta mediterránea” también está relacionada con una reducción de las probabilidades de demencia. Por último, con solo ser sociable y tener conversaciones todos los días se puede ralentizar la progresión de la demencia.
¿Qué se avecina en el futuro para la investigación sobre la demencia? Se ha descubierto que algunos medicamentos aprobados recientemente quitan una placa del cerebro que reduce el debilitamiento cognitivo y funcional. Aunque no hay una cura, hay diferentes medicamentos, centros de cuidado de la memoria para personas mayores que priorizan la atención de personas mayores con demencia y pruebas clínicas que ayudan a los investigadores a descubrir más sobre esta condición.